COMO GESTIONAR LAS EMOCIONES ANTE EL EXAMEN.

Es una evidencia que la nota del examen teórico que obtienen los estudiantes aparece, en alguna medida, asociadas a la gestión de las emociones como el estrés, ansiedad, exceso de responsabilidad o miedo al fracaso entre otras variables, que pueden aparecer durante la oposición, y al grado en que se perciben como eficaces o competentes para solventar las evaluaciones. Por lo tanto, es necesario prestar atención a los aspectos emocionales implícitos en el rendimiento académico y en la preparación de exámenes para obtener un plus que permita alcanzar una determinada plaza.

Decálogo para ayudar a la buena gestión de las emociones ante el examen.

  1. Prepárate emocionalmente. No basta con conocer los contenidos de cada aptitud, también tienes que prepararte emocionalmente para hacer el examen, tomar conciencia de los pensamientos y emociones que tenemos ante la prueba. Reconocer nuestros pensamientos y emociones, sin evaluarlos, aceptando que es normal estar nerviosos o inquietos es clave para nuestro éxito. Disponemos de un equipo de psicólogos que te pueden ayudar en tu preparación emocional.
  2. Organízate. Podemos incrementar la sensación de control y reducir el estrés si planificamos el tiempo de estudio y el esfuerzo, y adecuamos el método de estudio a las características de la prueba y de la materia. Por tal motivo, te adjuntamos en el anexo…..un plan de estudio dependiendo del mes que vas a empezar a prepararte la oposición.
  3. Busca apoyo en tus profesores para la preparación del examen. Es un aspecto clave. No solo en lo que se refiere a las dudas de los alumnos con los contenidos de una aptitud, sino como orientación sobre el método de estudio y la preparación de las pruebas.
  4. Busca el apoyo de otros estudiantes. Normalmente, hablar con otros sobre las situaciones con una carga fuerte de incertidumbre contribuye a reducir el estrés y nos permite regular nuestra propia conducta en relación con lo que hacen los demás. En muchos casos, los otros estudiantes actúan como un espejo del comportamiento propio y ello nos permite comprobar si estamos afrontando bien o no la situación. En las clases os ponemos ante tal espejo para que os percibáis a vosotros mismos y utilicéis estrategias de reorientación conductual.
  5. Intercambia opiniones de forma positiva. El cambio de opiniones con los demás estudiantes y profesores ha de tener un tono constructivo, ya que el mero “desahogo” de emociones negativas no parece ayudar a gestionar bien el estrés, más bien puede aumentarlo ante el examen.
  6. No te castigues. No tiene ninguna utilidad mantener un discurso excesivamente autocrítico o culpabilizador; al contrario, este hecho parece relacionarse con un aumento del estrés. Lo importante no es resultado que obtengas en el examen oficial, la clave es el proceso de aprendizaje que has llevado, en eso tú tienes el control absoluto, y es en ese proceso donde tienes que valorar y sacar lecciones aprendidas.
  7. Ten una visión positiva de tu propia capacidad. Los estudiantes que desarrollan una visión más positiva de su competencia para resolver exámenes tienden a obtener calificaciones más elevadas. El desarrollo de expectativas de éxito puede resultar beneficioso en este sentido. Tiende a pensar que una de las plazas va a ser para ti y que eres competente de sobra para conseguirla.
  8. Haz simulacros de examen. Cuanto más parecidas sean las condiciones en que te preparas a la del examen oficial mejor resultado obtendrás. Estudiar a la misma hora del examen, es decir por la mañana, gestionar el tiempo de examen por aptitudes, pues todas no tienen el mismo, qué estrategia de respuesta seguir ante las preguntas, etc.; y también contribuye a reducir la ansiedad ante los exámenes, ya que permite reducir el miedo a una situación al exponerse de forma controlada a ella. Pero como todo tiene su tiempo, intenta hacer los simulacros de acuerdo en nuestro plan de trabajo.
  9. Autoinstrucciones positivas. Consiste en frases con indicaciones sobre qué hacer o cómo gestionar las propias emociones el día del examen. Es útil tanto antes como durante el examen y para momentos de mayor ansiedad: frases motivadoras y reforzantes («Tú puedes conseguirlo»), indicaciones para relajarte («Respira profundamente…»), entre otras. El lenguaje y nuestros pensamientos nos condiciona enormemente. Evita lenguaje descalificatorio sobre tu progreso y pensamientos irracionales sobre ti.
  10. Cambia tu forma de pensar sobre los exámenes. No son el fin del mundo con consecuencias catastróficas si la cosa sale mal. Son simplemente un paso más en nuestra vida, y comprender esto ayuda también a reducir el estrés. Además, debes de pensar que hay dos oportunidades al año.